martes, 16 de septiembre de 2014

La necesidad de identificar e intervenir en alumnos de altas capacidades”

Por: Estrella García

1.- Razones para afrontar el tema
2.-El perfil del superdotado
-Características positivas
-Características del superdotado de bajo rendimiento
3.-Plan de identificación de Andalucía
4.-Intervención educativa
-Las ACAI y ¿Cómo trabajar con ellos?
1.- Razones para afrontar el tema
El motivo de este texto es plasmar de forma explícita que somos muchos los que somos conscientes de que los niños con altas capacidades son "diferentes", ni mejores ni peores, he dicho diferentes. Estamos en una etapa en la que se está haciendo innegable que nuestra escuela debe ser integradora, nuestras aulas acogen a una gran diversidad de niños, con necesidades muy diferentes bien sean por motivos de idioma, clase social, o capacidad.
Nadie negaría hoy en día que un niño con cierta minusvalía o deficiencia tiene derecho a asistir al colegio y recibir la mejor formación que le permita desarrollarse lo más posible. Dentro de esta misma tendencia quiero destacar desde aquí el derecho de los niños con altas capacidades a recibir las atenciones educativas necesarias para desarrollar sus capacidades lo más posible. Para ello es imprescindible, como para dar respuesta a cualquier necesidad, conocerla y tengo que señalar que como cualquier otro niño, el niño con altas capacidades tiene una parte cognitiva que genera unas necesidades pero, también y no menos importante, una parte afectiva que debemos intentar comprender para dar la atención que precisa para desarrollarse y, sobretodo, para ser feliz.
2.-El perfil del superdotado: Características positivas y características del superdotado de bajo rendimiento
Cuando podemos compartir entre los padres las experiencias que hemos venido teniendo con nuestros hijos nos damos cuenta de las cosas en que coinciden y aquellas que nos diferencian del resto de padres de compañeros de nuestros hijos.
Muchos de los que hoy me leéis habéis escuchado llamar “viejos” a vuestros hijos de pequeños, comenzaron a hablar directamente con frases completas y os acorralaba con sus preguntas curiosas, podía entretenerse con un insecto u olvidarse de que le llamabas cuando estaba haciendo algo que le interesaba, nació manteniendo erguida la cabeza desde casi el principio y percibía cuando tú estabas triste, cuando había pasado algo importante, cuando algo te preocupaba ...quería saberlo todo y tenía en la escuela puestas sus expectativas y tú, tus ilusiones: querías que aprendiera todo lo que veías que él deseaba aprender.
Entró en el colegio, sin embargo no siempre se cumplieron sus expectativas, se vio rodeado por niños de su misma edad pero con los que no compartía los mismos intereses, para él muchas veces los demás eran bebés que no sabían hablar, más adelante no podía entender cómo sus compañeros no recordaban todos los nombres de pokemons, cómo no les interesaba la vida de los dioses griegos o cómo no se interesaban por los documentales de animales o
de egipcios. En cambio se burlaban de él por no saber jugar al fútbol, era infantil y no siempre controlaba el pipí o sabía vestirse, tenía algún tic, prudente ante algún peligro, no tenía una buena coordinación visomotríz y su letra no era demasiado buena pero aprendió pronto a leer y le gustaba.
En muchos casos son niños exitosos, trabajadores que dan respuesta a las peticiones de sus profesores y destacan de la media. En otros casos van entrando en una espiral de fracasos que les lleva a desilusionar a los que les rodean, a no cubrir las expectativas y a bajar su autoestima, a tener un fracaso escolar que, con el que si no llega a suspender, no alcanzan el rendimiento esperado y pierden motivación en la escuela y en el aprendizaje. En las relaciones con sus iguales, no suelen encontrar una buena respuesta y al no identificarse con ellos no controlan las situaciones llegando a ser en muchos casos tristes y frustrantes.
El problema con la profesora empezó quizás cuando él ya sabía leer textos y sus compañeros seguían con las primeras letras o silabeando sus primeras palabras. Como no tenía buena letra le ponían fichitas repetitivas para que lo consiguiera y seguía leyendo en clase pequeñas frases mientras que en casa leía cuentos con vosotros.
Posiblemente la profesora os diría que era un niño listo pero infantil. Lloraba cuando le dejabais en el cole o dejaba que los demás le quitaran el juguete o no le dejaban jugar con ellos.
Fue creciendo y cada curso suponía para vosotros un nuevo reto, conocer a la profesora, que éste o ésta conociese a vuestro hijo y que lo entendiera, que no se aburriera y se negase a trabajar, que hiciese la tarea que le mandaban, que cogiera un habito de estudio, que no se peleara con el resto de los niños ni se encerrara en sí mismo sin amigos,...
Son niños muy sensibles y, a menudo, se sienten diferentes a los demás, pueden llegar a pensar que son tontos cuando vosotros e incluso sus profesores sabéis que son inteligentes. Hay cosas que sólo los padres percibimos, que se escapan al profesor y al sistema educativo para detectarlos por que la clave de los niños con altas capacidades no es su inteligencia, que también, sino su creatividad, su capacidad para aprender en abstracto, es decir, nosotros aprendemos a partir de otros aprendizajes, en línea, ellos son capaces de aprender con hipótesis creadas en su imaginación, es lo que se llama aprendizaje en red, creando una red de conexiones neuronales que relacionan unos aprendizaje con otros permitiendo que sean más fluidos y amplios.
Pero manifiestan estas capacidades cuando el estímulo les atrae, cuando algo les interesa y se sienten motivados, con cosas más simples pueden mostrar una imagen mediocre o inepta que desconcierta a sus profesores y no llevan siempre al buen diagnostico y al éxito escolar.
El diagnóstico es clave para poder entender su personalidad, para ayudarles a que ellos mismos se conozcan y no duden de sí mismo y para que los profesores y los padres sepan qué tienen entre sus manos: un pequeño diamante que hay que pulir.
Podemos hablar de la importancia de la motivación, los papás de los más mayores del grupo empezamos a sentir el famoso aburrimiento de nuestros hijos y a ver como son de "vagos", palabra que puede hacerles mucho daño y que os recomiendo desterrar de vuestro vocabulario, porque al final de oírlo, acabaran siendo vagos de verdad y, eso no lo queremos.
Lo importante es enseñarles a disfrutar con aprender, que el premio sea el placer de conocer...en realidad esto sería lo ideal para cualquier niño pero....en la escuela de nuevo, está claro que las cosas deberían cambiar.


3.-Plan de identificación de Andalucía
A
veces me comentáis que al ir a alguna asociación de Altas Capacidades al menos os sentís bien, porque creo que nos pasó a todos, poder hablar con tranquilidad de lo que pensamos, lo que nos pasa, lo que vivimos...es como un gran alivio. Todas estas cosas ayudan, pero también nos hicimos la pregunta de siempre:
"Sí, todo esto ha sido genial....y ahora ¿qué? ¿qué van a hacer? ¿qué podemos hacer? Porque algo hay que hacer"
Muchos maestros y maestras que han ejercido durante toda la vida, jubilados ya incluso, dicen que nunca han tenido en sus aulas superdotados "diagnosticados", o a lo sumo un par de ellos, pero que saben que ha habido más y antes no se hacía nada con estos niños pero, aparte de que personalmente pienso que antes o había más materia o teníamos menos posibilidades de acercarnos al conocimiento de la manera que podemos hacerlo hoy en día, la pregunta sería: 


"¿Qué pasó con aquell@s niñ@s? ¿Dónde están? ¿Han sido felices? ¿Han "triunfado?"  Quizá sus respuestas nos ayudarían mucho más a todos, ¿qué fue lo peor para ellos, qué lo mejor, que les ayudó, que les hizo daño...cómo salieron adelante, consiguieron entender su diferencia?, ¿cómo? ¿cuando?


4.-Intervención educativa
-Las ACAI:¿Cómo trabajar con ellos?
Durante muchos años se ha creído que el niño que mejor sumaba y restaba o el que más nota sacaba de la clase era el más inteligente. Nadie preguntaba si ese niño sabía cantar, o cómo se relacionaba con los demás. Esto está cambiado, y en esa línea nos movemos muchos. Ahora se sabe que debemos educar para resolver los problemas que nos encontremos en la vida, no para destacar en el colegio
El responsable de este cambio en la educación, es el psicólogo norteamericano Howard Gardner, Príncipe de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales por su teoría de las ocho inteligencias: la lingüística, la lógico-matemática, la visual-espacial (dibujar, interpretar un mapa), la musical, la corporal (danza, deportes), la intrapersonal (conocimiento de uno mismo), la interpersonal (conocimiento de los demás) y la naturalista (observación y clasificación de las cosas). Esta teoría da mayor importancia a áreas que se convierten en inteligencias que valorar y potenciar y obliga a los pedagogos a replantear el sistema educativo actual.
Ahora sabemos que no todos aprendemos del mismo modo y con la misma velocidad, ni en el mismo momento. Cada uno tiene sus tiempos, y es importante respetarlos. Reconocer las diferencias nos impone modificar las formas de enseñanza en una búsqueda de adaptar los contenidos que pretendemos enseñar a la forma en que los alumnos con altas capacidades pueden relacionarlos con otros ya adquiridos o expresarlos de diferentes maneras que no siempre coinciden con los exámenes tradicionales.
El profesor debe plantearse un sistema de enseñanza más abierto que incluya las diferencias y en ellas, a los niños más capaces y eso sólo puede lograrse favoreciendo la investigación, la elaboración de proyectos, el trabajo en el aula a varios niveles y fomentar la creatividad, el pensamiento y las habilidades sociales de sus alumnos.
Desde casa, los padres debe ser el apoyo afectivo de estos alumnos y los favorecedores de su autoconocimiento y desarrollo personal. Es importante que los padres conozcan a su hijo y sepan detectar en qué destacan y lo que más le cuesta.
Afortunadamente no todos somos iguales y la atención a la diversidad no es ya una idea de unos cuantos sino la base de la legislación educativa actual y en la que debemos trabajar desde dentro y fuera de la escuela. Solo en una sociedad consciente de su pluralidad podremos integrar y hacer felices a niños sensibles y capaces de conocer un entorno que no siempre comprenden.





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