lunes, 22 de octubre de 2012

MÓDULO AUTOCONOCIMIENTO


MATERIAL PARA LOS PADRES DEL GRUPO 1.
TEMA: AUTOCONOCIMIENTO
Conocerse es tomar conciencia de quién es uno, qué se siente y cómo expresa uno sus emociones. Constituye la piedra angular de la inteligencia emocional.
Cuando un padre me pregunta si será bueno realizar el informe de su hijo a pesar de que no quiera solicitar ninguna medida en el colegio, les respondo que la primera finalidad de esa evaluación es conocer a sus hijos y que ellos deben tener información que les explique cómo son y porqué se sienten diferentes en muchas ocasiones.
Un buen diagnóstico es la base del propio conocimiento, aclarar su personalidad, sus diferencias y elementos comunes con los de su círculo de conocidos. Cuando nos conocemos y cuando conocemos a nuestros hijos podemos entender muchas osas que antes suponían una dificultad en la convivencia.
El niño que se conoce a sí mismo tiene la capacidad de observarse por dentro y por fuera, lo que siente y lo que hace; utiliza sus preferencias para guiar la toma de decisiones y va descubriendo sus capacidades y limitaciones. Si alguien entiende que él es capaz de lograr unos objetivos entenderá porqué se los exige su padre.
Hemos comenzado este taller de inteligencia emocional con manualidades sobre nuestra persona, nuestro retrato y la elección de las cosas que nos gustan hacer, todo plasmado en una carpeta personal que pretende recoger los trabajos que hagamos durante el curso. Desearía que el resultado de todo fuera creativo, personal e importante para cada uno y el comienzo no ha podido ser mejor.
Hemos creado también una mascota del grupo: el gato Marrungato, un gato callejero que vive desde ahora en un zapato junto a una flor, es la primera vez que comparte algo y comienza la aventura de la convivencia igual que los miembros de nuestro grupo. Espero que nos muestre muchos aspectos que debemos trabajar para ser inteligentes emocionalmente.
Mucha gente que no conoce el tema de la superdotación piensa que esta es garantía de éxito, no entienden que algunos niños con altas capacidades no superen simples asignaturas de primaria o secundaria. Incluso estos niños pueden pensar en algún momento de su fracaso  que son tontos y sentirse inferiores a sus compañeros. Saber sus capacidades y características de las manos de un profesional que sepa explicarles los pro y contras de ese potencial puede ayudarle mucho.


Es importante conocerse para…
-Tener un concepto claro sobre uno mismo
-Valorarse como un ser único
-Saber lo que se siente en cada momento
-Utilizar el cuerpo para expresar sentimientos y emociones
-Tener confianza en las propias capacidades y cualidades
-Respetar las cualidades de los demás
-Expresar necesidades y deseos
-Reconocer los propios gustos y preferencias
-Tomar decisiones
-Saber lo que hace uno hace mejor y lo que hace uno peor
-Conocer a los demás
-Saber qué esperan de nosotros

Para esto es necesario…
-Animar y facilitar a nuestros hijos relacionarse con niños de su edad y características
-Observar lo que se le da mejor o le produce satisfacción y ofrecerle oportunidades para que pueda elegir y compartir.
-Hacerles tomar conciencia de las señales corporales relacionadas con cada una de las emociones, sin juzgar ni valorar unas como buenas y otras como malas puesto que cada una de ellas tiene una finalidad, un valor y un significado.
-Preguntar al niño ¿cómo se siente? Le ayuda a tomar conciencia de sí mismo y diferenciar su comportamiento cuando está alegre de cuando está enfadado. De esta forma le ayudamos a centrar su atención en su corazón, en sus procesos internos, en lo que pasa por dentro.
El autoconocimiento lleva al conocimiento de los demás. El autorrespeto lleva al respeto por los demás. El amor a sí mismo y la comprensión de uno mismo conducen a comprender y amar a los demás.
Las emociones proporcionan los criterios esenciales sobre los que basamos el proceso racional de toma de decisiones. Hacemos lo que más nos gusta y estamos con quien queremos. Evitamos lo que nos desagrada y elegimos lo que sentimos que es mejor en cada momento. Sin sentir emociones sería más difícil tomar decisiones pero también tenemos que ser conscientes de qué emoción nos está influyendo a la hora de tomar las decisiones.
Dar salida, expresar una emoción, es un proceso muy saludable. Con ello aclaramos la cabeza para poder pensar y actuar mejor.
A diferencia de la mente racional que se comunica a través de las palabras, las emociones lo hacen de un modo no verbal. Aprender a observar los signos no corporales ayuda a entender a las demás personas. Los niños con altas capacidades suelen tener gran facilidad para captar las señales no verbales pero necesitan ayuda a veces para interpretarlas ya que carecen del conocimiento y la experiencia necesaria y una mala interpretación les puede hacer sentirse rechazados y no comprender la reacción de sus compañeros. Por ejemplo, ellos aprenden a hablar normalmente antes que sus compañeros en la guardería, aprenden a leer antes que sus compañeros de infantil, tienen un mayor vocabulario y diferentes intereses en los primeros años de primaria, esta suma de diferencias con sus iguales en edad les aleja de ellos y pueden llegar a rechazar la relación con otros niños que a simple vista le rechazan y no le aportan nada. Sólo un buen manejo de esas diferencias en intereses, comunicación y conocimientos junto a una buena interpretación de los gestos de sus compañeros pueden permitirles continuar en el grupo con gusto o incluso con liderazgo del grupo.
Cuando los niños reconocen sus cualidades, habilidades y recursos, se sienten bien consigo mismos y al darse cuenta de sus progresos, desarrollan una mayor confianza en su capacidad de aprender.
Es importante es que el niño se dé cuenta a través de esta actividad de que no siempre puede expresarse de la misma manera, pues en algunos lugares o momentos nos tenemos que aguantar y controlar.
La imaginación de los niños con altas capacidades suele ser desbordante. La imaginación les sirve de evasión, como punto de apoyo  y para ponernos en movimiento e interpretar las cosas de forma diferente. Las manifestaciones artísticas, el teatro, el cine y las lecturas adecuadas, las respuestas y la presencia de los padres ante los interrogantes que plantean, por absurdos que puedan parecer a los adultos, ayudarán a desarrollar ese potencial fantástico y a conocerlos mejor.
Los niños encuentran en el mundo de la fantasía su propio mundo, un mundo que debemos desarrollar en cada situación cotidiana y que pone en marcha el engranaje de la propia fantasía. ¡Déjale descubrirse a través de sus fantasías! 

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